miércoles, 16 de julio de 2014


LA VIDA COTIDIANA COMO RECURSO DIDÁCTICO

EL DESINTERÉS DE LOS ALUMNOS Y OTROS PROBLEMAS
DE ENSEÑAR Y APRENDER
Enseñar y aprender son actividades problemáticas. Pensemos en el interés de los alumnos, en su motivación: la mayoría de los alumnos entra a la escuela para salir.  Sólo el alumno puede decidir si quiere aprender, por lo que si no tiene interés, no aprenderá. Y muchos de los chicos no están interesados porque perciben que lo que hacen en la escuela es artificial, que está alejado de su realidad.
¿POR QUÉ MUCHAS ACTIVIDADES ESCOLARES SON PERCIBIDAS COMO ARTIFICIALES?
Ø  La escuela presenta los contenidos de manera abstracta, así: No favorece a la relación que existe entre los intereses y necesidades de los alumnos, que toman al currículo como un objeto que se debe cumplir; no para transformar y transformarse de acuerdo al contexto de la Institución.
Ø  ¿Cuánto experimentan en la escuela, por ejemplo, la solidaridad, el respeto y la democracia? ¿Y fuera de la escuela? entonces así  los chicos  no pueden reconocer los vínculos que hay entre su entorno dentro y fuera de la escuela.
Ø  Muchas actividades escolares se circunscriben a buscar los datos que son necesarios para aprobar o para completar una tarea por lo que solo se dedican a mirar los datos en lugar  y disfrutar de los objetos expuestos.
ALGUNOS ACUERDOS PREVIOS NECESARIOS PARA CAMBIAR
            ENSEÑAR EN LA ESCUELA
La escuela no tiene por qué enseñar todo, sino brindarle al alumno oportunidades para que construyan significaciones, para que puedan buscar sus propias  respuestas.
ü  Ofrecer a los alumnos la capacidad de conocerse, para decidir y hacerse responsable de su propio proceso de aprendizaje
ü  Diversificar las fuentes de información: Dejando de ser el único informante válido de la clase, es decir, tener en cuenta a sus  aportes brindados en clase.
ü  Se debe validar otras formas de guardar y recuperar información, diferentes a la memoria,  como son los apuntes, computadoras, libros, etc.
En conclusión enseñar representa una oportunidad única e irremplazable. La escuela llega a ser considerada como una base fundamental para el proceso de evolución en el que la persona podrá empaparse de conocimientos, asimismo en las aulas podrá equivocarse, experimentar y divertirse mientras construyen sus aprendizajes.

De esta manera esta lectura nos muestra  que la verdadera enseñanza se relaciona con la pasión y vocación que deben de tener los maestros para poder impartir conocimientos tanto para los alumnos como para ellos mismos ya que en esta vida nunca se termina de aprender.











HACIA UNA EDUCACIÓN POSIBLE

VALORES, VIRTUDES Y ACTITUDES EN LA ESCUELA
La educación en valores debe primar en toda Institución, ya que de eso depende el futuro de nuestra sociedad.
     El maestro como referente significativo en la formación de valores
Se puede ver que al igual que en Venezuela, existe el problema  de la costumbre del ciudadano a ver los antivalores como un estilo de vida aceptable. Por contraposición, la práctica de virtudes es menospreciada o por lo menos quien intenta manifestar conductas acordes a ciertos valores universales es mal visto.
Esto explica de alguna manera que gran cantidad de la población viva en un estado de insensibilidad, poca estima, corrupción, egoísmo, violencia, etc. sin que la persona se dé cuenta de que está contribuyendo a la agudización de la crisis. Esta situación nos permite aseverar que la crisis tiene que ver con una escasa formación ciudadana  que se incluyen todas las instituciones que forman parte de la sociedad, comenzando por la familia y la escuela.
Enfocándonos en el maestro, partimos del convencimiento de que el maestro (a) es, junto con los padres, el modelo principal en el que el niño o el joven se fija para formarse en cuanto a los valores que van a dar sentido a su vida. Pero, ¿cuáles son los valores que un docente está llamado a suscitar? el educador tiene que ayudar al alumno a encontrar sus propios valores y actuar con sentido y dar sentido a su vida. Estos valores están referidos a tres áreas bien delimitadas: el propio niño, su relación con los demás y su relación con la naturaleza y el mundo de las cosas. Pues bien, el docente puede ayudar enormemente a que sus alumnos desarrollen esas actitudes ofreciendo una educación integral: cognoscitiva, afectiva, ético-moral y estética.
Ante este panorama la escuela tiene una gran responsabilidad en la formación del país. La manera más eficaz que las sociedades en todo el mundo han encontrado hasta ahora para formar mejor a su gente es a través de la familia, la escuela y el trabajo.
Entonces los maestros(as) se encuentran ante un desafío, ante un gran reto,  que se plantea ante la necesidad de dar ejemplos con valores para poder fiscalizar las acciones que realizan los alumnos como ejes centrales de la sociedad.
Podríamos decir que educar en cualquier ámbito, ya sea familiar, escolar o social sería ayudar a dar respuestas personales adecuadas, a cualquier requerimiento de la vida, ya que el objeto pedagógico afecta toda la existencia personal.

Por lo tanto la escuela necesita ser repensada para que pueda resolver los nuevos problemas que podrían darse en el futuro.







SOBRE LA CORRECCIÓN DE LO ESCRITO

¿Vale la pena corregir?
Esta pregunta es fundamental, sin embargo son pocos los  profesores que  se plantean esta pregunta. La mayoría de profesores corrigen  espontáneamente, como autómatas, sin pensar ¿Por qué corrigen? o ¿Cómo corrigen? , dando el reflejo de que solo lo hacen por tradición, porque forma parte del rol del maestro.
Si reflexionamos logramos entender que desde siempre, se ha considerado la corrección como la culminación del aprendizaje, siendo útil para ambos porque al alumno le permite saber si sus escritos están bien o mal, qué errores ha cometido y cuáles son sus soluciones correctas; y al profesor, le da orientaciones sobre qué contenidos presentan dificultades.
Pero no todo el mundo piensa igual. En los últimos años algunos profesores -sobre todo de inglés como lengua extranjera- han empezado a desentenderse de la corrección, afirmando que es una actividad poco útil y, poco rentable.
Ellos sostienen que lo más importante en el proceso de aprendizaje es la motivación y los modelos lingüísticos para escuchar o leer, y que los errores que hacen los alumnos son consecuencia de deficiencias en estos dos aspectos. Por lo tanto emplean sus esfuerzos en estimularle a leer y escribir, en investigar qué temas pueden resultarle más interesantes, a buscar textos de lectura y ejercicios que le interesen, a ayudarle a redactar, etc. Creen que, a largo plazo, es más eficaz dedicar el tiempo a estas actividades que no a la corrección. En definitiva, según manifiestan ellos  aprovechan el tiempo para atacar la auténtica causa del mal y dejar a un lado los errores de sus alumnos.

Entonces ¿Vale la pena corregir? Pues bien cada cual con sus ideas y que adopte la postura que más le convenga. En mi opinión, la corrección debe ser un instrumento que oriente el aprendizaje del alumno, llevando un monitoreo adecuado en el que el alumno sea partícipe de sus errores y no queden plasmados solo en las hojas como mera recepción sin respuesta, sino que estas correcciones generen un cambio de su propio aprendizaje. Es preciso concebirla como una técnica didáctica más y no como una operación de control obligatoria al final de cada texto. 






LA CORRECCIÓN

Los papeles del maestro y alumno

A través de los años tradicionalmente ya está forjado un perfil sólido de roles entre maestros  y alumnos siendo para el caso del curso de un trabajo de redacción el siguiente:
§       El alumno no está capacitado para autocorregirse o para corregir a un compañero, porque no sabe lo suficiente y podría equivocarse. Mientras que la corrección es responsabilidad exclusiva del maestro. Solo él o ella saben lo necesario para hacerlo.
En definitiva, este planteamiento tradicional es el causante de la sobrecarga de trabajo del maestro, de algunas de las frustraciones del alumno y de una imagen errónea de lo que supone aprender lengua y aprender a escribir.
 No se puede sostener que los alumnos  puedan aprender de un solo texto, por lo que deben realizar lecturas de diversos textos ya que el aprendizaje es constante para que así puedan ir corrigiendo sus errores.
 Los errores tampoco son pecados terribles de los que tengan los alumnos que avergonzarse,  ni cicatrices que tengan que llevarse de por vida.  Se debe inculcar en los alumnos que de sus errores tienen que aprender ya que eso les va a generar confianza y no limitarlos a que por vergüenza o miedo solo repitan lo que escuchan en clase.

Este juego de roles de forma tradicional,  solo añade inconvenientes a la interrelación que debe existir entre docente y maestro en pro de la enseñanza-aprendizaje. En primer lugar, el alumno cumple un papel secundario en la producción de su trabajo, ya que es el maestro quien gestiona lo que escribe, cuándo y cómo lo hace, de manera que él termina por inhibirse, convirtiéndose en un autómata obediente. Por lo tanto el hecho de escribir deja de ser el instrumento personal y creativo pasando a ser una obligación escolar más, pesada y aburrida.  Asimismo el desarrollo de este rol genera solo personas dependientes, incapaces de valerse por sí mismos, ya que todo el tiempo van a esperar ser corregidos, y no podrán aportar nada favorable, tanto para él, su familia y su sociedad.



LA AUTORIDAD MORAL DEL PROFESORADO

UNA CUALIDAD EXTINTA
Numerosos estudios revelan diversos indicadores negativos de la educación en España, entre los que se encuentran la escasa autoridad del profesorado y el insuficiente reconocimiento de su labor por parte de los alumnos y las familias.
           Violencia en las aulas
Actualmente se ve que existe la pérdida, por parte del profesorado, de una de las claves para la correcta transmisión del saber: la autoridad. Solo basta con mencionar este ejemplo del  titular  de prensa sobre esta materia.
«Una alumna de 14 años agrede a su profesora en un instituto de Vilareal ». (El Periódico Mediterráneo, 31/01/2012).
Este suceso  requiere, de parte de la comunidad escolar analizar la autoridad y la capacidad de liderazgo que todo docente no debe perder en su relación con el alumnado y sus familias.

En busca de la verdadera autoridad
El término de autoridad descrito por la Real Academia de la Lengua Española, hace referencia a este como «prestigio y crédito que se reconoce a una persona o institución por su legitimidad o por su calidad y competencia en alguna materia». Por tanto, en  el  ámbito educativo, podemos entender la autoridad moral del educador como la habilidad ostensible de este para expresar su dominio del saber, así como su capacidad de transmisión a los alumnos, de modo que facilite su aprendizaje, a la vez que permita el reconocimiento de su labor.
Actualmente se puede apreciar la ausencia del reconocimiento del docente de su saber,  que fue robado por el alumnado, las familias y, en definitiva, toda la sociedad.
Como posible solución, es preciso que la comunidad educativa establezca unas líneas de trabajo como fórmula para realzar la autoridad moral, de los educadores, necesaria para que logren  ser considerados como profesionales valorados por la ciudadanía.

El papel de la motivación en el aprendizaje
La necesidad que siente en la actualidad el discente por el aprendizaje, así como por las causas de la escasa dependencia de los más respetables agentes transmisores del saber: el profesor.
Esta teoría puede justificar que la falta de motivación y ganas de aprender existente en nuestras aulas se deba a una posible insuficiente seguridad familiar o moral, a necesidades de aceptación o afecto, a una pobre autoimagen, a sentimientos de rechazo, factores elementales que se traducen en impedimentos para el aprendizaje y, por ende, el desarrollo del alumnado que manifieste los deseos más elevados de mejorar sus potencialidades inherentes.
La escasez de motivos para el aprendizaje y la autorrealización es una causa directa del fracaso escolar. Dicha premisa requiere la implementación de proyectos educativos entregados, con un marcado carácter innovador y creativo donde, a través de una metodología de enseñanza activa, participativa y atractiva, se logre alcanzar el apremio de este factor estrechamente vinculado con el rendimiento académico.
Son intenciones que realzarán la capacidad de los educadores para hacer llegar los conocimientos al alumnado de una manera interesante, creativa y, ante todo, promovedora de un aprendizaje constructivo que redundará, en el mejor de los casos, en el reconocimiento de su labor instructiva y en el refuerzo de su autoridad moral como transmisores de unos aprendizajes llenos de significados.

Competencias emocionales y resolución de conflictos
El proceso de alfabetización de los centros educativos, encaminado primordialmente a la enseñanza de contenidos teóricos, en muchas ocasiones, vacíos de significados y faltos de funcionalidad, debe dejar un espacio, como recurso favorecedor de un clima de convivencia positiva entre docentes y alumnos,

el profesor, como ya hemos sugerido, demanda al que la ostenta un compromiso con el trabajo, la innovación, la dedicación, etc. esta intención radica en hacer a los discentes los más fieles admiradores de sus profesores, atribuyéndoles esa autoridad moral como conocedores y buenos transmisores del conocimiento, logrando centros educativos ricos y rebosantes de estímulos positivos que hagan del aprendizaje una tarea interesante para el educando, un trabajo que guarda estrecha relación con el esfuerzo de los centros y el profesor.






HOJA DE RUTA HACIA LOS BUENOS TRATOS

UNA EXPERIENCIA SOCIOEDUCATIVA

Este artículo  pretende ser un medio de prevención contra la violencia que existe en las parejas jóvenes, impulsando a la igualdad entre mujeres y hombres, la autonomía personal, la libertad para decidir sobre nuestras vidas sin condicionantes sexistas, la resolución pacífica de conflictos, la responsabilidad y el respeto.
El programa Por los Buenos Tratos (PLBT) surge como una necesidad, dado que se ve una ausencia de respuestas educativas adecuadas ante la problemática de los malos tratos que se dan en las parejas jóvenes.
Este programa propone que se adopte una actitud crítica contra algunos mitos sobre el amor y la pareja. Distanciando la idea sobre sexualidad de quienes la asocian al pecado o al peligro, por lo que es más constructivo actuar fortaleciendo valores y  habilidades que hagan posible que los jóvenes disfruten en igualdad y libertad como forma de erradicar situaciones de discriminación, abusos o riesgos. Asimismo también apuesta este programa por reforzar los mejores valores de los jóvenes por los buenos tratos, contribuyendo a la erradicación de los problemas actuales que  tiene la juventud actual.

r    Prevenir la violencia sexista en las parejas jóvenes
Como sabemos, la violencia sexista no solo se produce en el ámbito de la pareja. Tampoco es el único maltrato existente. Pero el que ocurre más frecuentemente es el que se ejerce por los hombres hacia las mujeres y es en el ámbito de la pareja donde hoy se da con mayor intensidad. Actualmente  los datos indican que hay más violencia entre las parejas jóvenes. Frente a este problema diversos estudios recomiendan que una intervención temprana, desde la adolescencia, pueda resultar más efectiva ya que en  las primeras relaciones amorosas, es cuando el amor, la pareja y también la sexualidad concentran su  mayor atención.
En este programa se distingue como malos tratos:
ü  La existencia de relaciones o conductas abusivas (comportamientos agresivos, impositivos, coercitivos, que reiterados pueden llegar a producir erosión en la autoestima y autonomía de la otra persona)
ü  Las actitudes de no tratarse bien (por ejemplo, no respetar la autonomía de la otra persona, faltarle al respeto en un conflicto, etc.).

Reforzar lo mejor de cada persona y contribuir a una sociedad mejor
Se debe reforzar lo mejor de cada persona, ya que esta es  una opción para destacar la capacidad de las personas siendo capaces de decidir sus conductas más allá de cualquier condicionante social.
Se debe reducir la distancia entre los valores como la igualdad entre mujeres y hombres, libertad, resolución no violenta de los conflictos, etc. Para esto se debe ensanchar la autonomía personal, de manera que, dentro de los límites que la vida y las circunstancias impongan, se pueda tomar decisiones conscientes, que estén guiadas por nuestros valores adquiridos.
Del camino para lograrlo
El programa no pretende mostrar u ofrecer modelos de mujeres y hombres, sino  contribuir  a ampliar los márgenes de elección personales y sociales de las personas.

No está basado en  la prevención de la violencia sexista con el miedo al castigo penal, sino que se dé un cambio  de conducta, basado en una mayor conciencia individual y colectiva del mal que produce la violencia y de los beneficios que procura la no violencia para todos.










“El más alto cargo que un ciudadano puede desempeñar en una democracia es el de maestro de escuela”
José Antonio Encinas